El cerebro es vulnerable a la falta de descanso

Salvador Macip, experto en longevidad: "El cerebro es nuestro 'punto débil': si no dormimos bien, la factura nos pasa durante largo tiempo"

La ciencia desvela cómo ciertos hábitos cotidianos pueden marcar la diferencia en nuestro futuro

El genetista Salvador Macip, catedrático de Medicina Molecular en la Universitat Oberta de Catalunya y en la Universidad de Leicester, ha concedido una entrevista a El Español en la que subraya la importancia del sueño en el proceso de envejecimiento. Explica que el cerebro es especialmente vulnerable a la falta de descanso, ya que los mecanismos de regeneración se activan durante la noche. Según afirma, “si no dormimos bien, la factura nos pasa durante largo tiempo”, dejando efectos que no se recuperan fácilmente.

Durante la conversación, el especialista aclara que no existe todavía un tratamiento comprobado para detener el envejecimiento humano. Sin embargo, investigaciones en marcha sobre los fármacos senolíticos abren la posibilidad de frenar enfermedades asociadas como el cáncer o el alzhéimer. Macip insiste en que el objetivo principal debe ser mejorar la calidad de vida en la vejez, y no solo alargar la existencia hasta edades extremas, algo que, por ahora, sigue siendo muy poco frecuente.

El investigador apunta que la longevidad depende de la genética y del estilo de vida, aunque con los años el peso de la herencia se hace más notable. Recuerda el caso de María Branyas, fallecida a los 117 años, cuyos marcadores biológicos no coincidían con su edad real. Este ejemplo, señala, pone en evidencia que los relojes epigenéticos o la longitud de los telómeros no son herramientas plenamente fiables. Ante ello, aconseja apostar por una vida sana con buena dieta, ejercicio y descanso suficiente.

En cuanto al sueño, advierte que no es posible compensar horas perdidas durmiendo más al día siguiente. El cerebro pierde parte de su capacidad de limpieza interna y esas funciones no se recuperan del todo. Cada persona, añade, necesita entre seis y diez horas de descanso en función de su genética. Asimismo, recuerda que el ejercicio físico moderado, tanto aeróbico como muscular, actúa como protector del sistema nervioso y ayuda a ralentizar los efectos del envejecimiento.

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