El pensamiento crítico moldea lo que podemos conocer

Los límites del aprendizaje: el pensamiento crítico determina qué tan profundo podemos ir.

Los puntos clave:

- El pensamiento crítico determina hasta qué punto podemos comprender el conocimiento.

- El aprendizaje continúa hasta la edad adulta, pero cambiar los hábitos de pensamiento es más desafiante.

- El desarrollo temprano del cerebro determina el potencial intelectual y las limitaciones de por vida.

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El cerebro humano es un órgano extraordinario capaz de aprender, adaptarse y crecer durante toda la vida. Sin embargo, el aprendizaje no se trata sólo de almacenar hechos o memorizar procedimientos. Nuestra capacidad para absorber nuevos conocimientos está profundamente influenciada por nuestro pensamiento, específicamente, nuestro pensamiento crítico. El desarrollo del cerebro prepara el escenario para esto, y comprender ese desarrollo ayuda a aclarar por qué algunas personas alcanzan un límite en la profundidad o eficacia con la que pueden aprender. No dejan de aprender, sino que dejan de crecer en su capacidad de pensar críticamente sobre lo que saben.

El desarrollo del cerebro y su impacto a lo largo de toda la vida

El desarrollo del cerebro comienza antes del nacimiento y continúa durante los veinte. Durante la primera infancia, el cerebro experimenta un rápido crecimiento. Las conexiones neuronales se forman a ritmos asombrosos, particularmente en la corteza prefrontal, que es responsable del razonamiento, la planificación y el control de los impulsos (Center on the Developing Child, 2016). Esta área sienta las bases tanto para adquirir información como para evaluarla.

Durante la adolescencia, el cerebro experimenta otra oleada de crecimiento, seguida de un período de poda durante el cual se eliminan las conexiones no utilizadas y se fortalecen las útiles. Esta es una ventana crítica para desarrollar habilidades de razonamiento y juicio (Blakemore y Choudhury, 2006). A mediados de los veinte, los cerebros de la mayoría han madurado estructuralmente. Esto no significa que dejamos de aprender, pero sí significa que nuestra arquitectura cognitiva básica está en gran medida establecida.

Adquisición de conocimiento vs. pensamiento crítico

La adquisición de conocimientos es el proceso de aprender hechos, habilidades y procedimientos. Ocurre cuando memorizas fechas históricas, aprendes un nuevo idioma o sigues una receta. Es en gran medida aditivo: puede continuar acumulando nueva información sobre lo que ya sabes.

Por otro lado, el pensamiento crítico es la capacidad de analizar, evaluar y sintetizar conocimientos. Implica juicio, contexto y cuestionamiento. Dos personas pueden aprender el mismo hecho, pero solo una puede relacionarlo con un problema más amplio, identificar sus implicaciones o detectar sus fallas.

La diferencia clave es que la adquisición de conocimiento se refiere a qué aprendes, mientras que el pensamiento crítico se relaciona con cómo te involucras con lo que sabes. Puedes aprender hechos sin cesar; sin embargo, si tu pensamiento crítico no evoluciona, esos hechos permanecen sin examinar, sin ser cuestionados y, a menudo, malinterpretados.

Límites del desarrollo en el pensamiento crítico

El pensamiento crítico se desarrolla con el tiempo y requiere una cultivación deliberada. Está moldeado por la educación, el medio ambiente y los hábitos intelectuales. Sin embargo, también está sujeto a límites cognitivos. Una vez que el cerebro madura, se vuelve menos plástico, menos capaz de reestructurarse a sí mismo (Giedd, 2004). Si bien los adultos pueden aprender y lo hacen, su capacidad para cambiar los patrones centrales de pensamiento está más limitada que durante la infancia o la adolescencia.

Esto no significa que los adultos no pueden mejorar su pensamiento crítico. Pueden, especialmente con un esfuerzo sostenido y práctica reflexiva. Sin embargo, a menudo hay un techo, un límite superior a la complejidad del razonamiento y la abstracción que una persona puede lograr, determinado principalmente por la profundidad con la que se desarrollaron estas habilidades en la vida anterior.

En resumen, tu capacidad para aprender cosas nuevas en la edad adulta es real y continua. Sin embargo, tu capacidad para pensar críticamente sobre estos conceptos está limitada por cómo se desarrolló tu cerebro y hasta qué punto evolucionó tu pensamiento en la juventud y la adultez temprana.

Por qué esto importa

En la era de la información infinita, es tentador creer que más conocimiento equivale a más inteligencia. Sin embargo, el conocimiento sin pensamiento crítico es inerte. Se puede repetir, pero no aplicar. Peor aún, si la información se toma al pie de la letra sin contexto ni evaluación, puede generar juicios erróneos.

Esto ilustra por qué dos personas con igual acceso a la información pueden llegar a conclusiones muy diferentes. No se trata de lo que saben sino de cómo piensan. Uno puede leer un estudio, comprender sus métodos, cuestionar sus suposiciones y evaluar su relevancia. Es posible que el otro solo pueda recordar el titular. Esta brecha no es meramente educativa, es cognitiva y, a menudo, de desarrollo.

El desarrollo del pensamiento crítico establece el límite superior del compromiso intelectual. Determina cuán profundamente alguien puede razonar, cuestionar y comprender. Sin este desarrollo, adquirir conocimientos es similar a apilar libros en un estante que nadie lee.

Conclusión

El desarrollo del cerebro establece la infraestructura para pensar. La adquisición de conocimiento llena de contenido esa estructura. Sin embargo, solo el pensamiento crítico imparte significado, relevancia y poder a ese contenido. Debido a que el desarrollo del pensamiento crítico ocurre dentro de ventanas específicas, especialmente durante la infancia y la adolescencia, aquellos que pierden estas ventanas pueden verse limitados no en cuánto pueden aprender, sino en la eficacia con la que pueden aplicar lo que aprenden.

Esa es la razón por la cual invertir en el desarrollo cognitivo temprano en la vida es esencial para el éxito académico y el aprendizaje permanente. La capacidad de pensar críticamente es la clave para convertir la información en conocimiento. Y esa habilidad, una vez completamente formada, se convierte en el techo de comprensión por el resto de la vida de una persona.


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