Cuida tu diálogo interior para mejorar tu bienestar


Nuestro diálogo interior está relacionado con nuestro estado emocional. Si nos decimos mentalmente cosas negativas favoreces un estado de ánimo negativo. Y nuestro estado emocional está conectado con nuestras actitudes y creencias. Intenta cambiar tu diálogo interno nocivo por otro más favorecedor.

La manera en que vivimos la vida define nuestro mundo interior de pensamientos, creencias y nuestra manera de vernos a nosotros mismos y, como consecuencia, nuestra capacidad para ser feliz.

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Intenta reducir la negatividad en tu vida. Seguramente, tienes experiencias que merecen la pena cerrar para abrir nuevas puertas. No puedes elegir las circunstancias que te tocan vivir, pero sí la actitud con la que las afrontas.
Siempre existirán personas tóxicas o circunstancias negativas, es inevitable, pero depende de ti como te afectan o como las afrontas.
Ahora te invito a reflexionar desde una perspectiva que mire más hacia adentro y no hacia afuera. Podemos decir, más íntima.

Cuando reconoces que no son las circunstancias las que son negativas, sino cómo tú las interpretas …. entonces entenderás que todo depende de ti. Enhorabuena!!

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Ninguna circunstancia que llamas negativa, ninguna persona que llamas tóxica, te puede hacer daño. Nadie puede herirte sin tu consentimiento.

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Lo que tienes delante es un espejo que muchas veces refleja emociones propias que no estás atendiendo. Por ejemplo, te molesta la típica persona que critica continuamente a todo el mundo…. ¿Puede ser que eres muy crítico contigo mismo/a?
Lo que vemos en las demás personas es en realidad un reflejo de lo que tenemos dentro de nosotros/as. El mundo exterior actúa como un espejo para nosotros/as. Entonces, te das cuenta de que no eres víctima de nada ni de nadie, solo de ti mismo/a. Que la causa de todo aquello que experimentas y de aquello que los demás te muestran, está en ti. ¿Te lo habías planteado así alguna vez?



Puedes empezar a observar tus emociones negativas desde ese punto de vista, aceptarlas y asumirlas para así sanarlas. El nuevo reflejo de ese espejo es ahora otro. Cambia tu realidad porque cambias tu percepción.

Si cambio mi forma de ver las cosas, las cosas cambian.

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